Llego el día, mi primer día de prácticas, el
que ansiaba desde que me anote en el profesorado. Mi cuerpo estaba lleno de
nervios, dudas, sentimientos encontrados, miedo a llegar y no saber con lo que
me encontraría.
Los niños comenzaban a llegar y me
miraban con extrañeza al igual que los familiares pero ninguno se animaba a
preguntar quién era. No podía parar de observar todo el jardín, y
mientras se realizaba el saludo inicial en mi interior no paraba de alegrarme
sabiendo que esa realidad en un futuro iba a ser mi escenario de todos los
días.
Luego de su tiempo de juego libre tocaba la hora de
música.Comenzó la clase, bailamos, jugamos y nos divertimos tanto los chicos como las
docentes que estábamos ahí, en mi caso futura docente.
Al finalizar la jornada, antes de que sea el horario, los
familiares ya estaban ansiosos y en parte apurados por buscar a los niños.
Sin darme cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, entre
cansancio por parciales y las practicas, llego el fin. Fue el último día del
jardín donde me despidieron con mucha alegría y yo dándome cuenta que no los
iba a volver a ver y de lo que me habían generado esos nenes. Así es como note
que estoy en el lugar que quiero, que siento la vocación de esa que tanto me
hablaban y fue una experiencia que siempre voy a guardar en mí.
Castiglia, Paula
Felicitaciones por tu texto y presentación en el blog. Muy bien!!!
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