Llevamos mucho tiempo de conocernos,
pero no sólo se trata de tiempo sino de experiencias compartidas y de
actividades que fueron generando un vínculo de respeto y conocimiento. Somos
docentes, actores, locutores, artistas y unos cuantos jóvenes estudiantes en
los que se ha encendido la mecha.
Son años trabajando juntos, largas
horas de reuniones, de intercambio, de escucha y de discusiones. Nos conocemos,
conocemos cada virtud y cada defecto del otro. Mucho más la del otro que la
propia tal vez, y esto gracias a un agudo poder de observación que cada uno ha
ido desarrollando.
Hija de este poder de observación y
conocimiento es la completa confianza en el otro.
Creo que a esta altura hemos perdido
la cuenta de la cantidad de gestiones y de eventos culturales realizados. Y
somos muchos aunque no siempre estemos todos. A veces diez, quince o veinte
queriendo poner en funcionamiento este gran motor del que cada uno forma parte
y otras sólo un puñado de cuatro o cinco voluntades abrazando sueños que
parecen imposibles.
En esta oportunidad el eje era el
tango y como era sabido cada quién jugaría su rol. Unos armando la grilla de
espectáculos, otros definiendo el sonido y la iluminación, aquel otro diseñando
afiches y entradas y tantas otras cosas que no vienen al caso. Aquellos
vinculados a la Biblioteca Popular asumimos la responsabilidad de buscar textos
de autores argentinos, que hicieran referencia al tango, para proyectar junto a
imágenes alegóricas sobre una pared un poco descascarada de un club. Los
colaboradores más jóvenes se abocaron a esta tarea, navegando por textos de
Borges, Cortázar, Puig y Saer, entre otros. Mientras el más cinéfilo de ellos
se ocupó de realizar la selección de imágenes donde no faltaron fotos de
Caminito, un bandoneón, una pareja bailando, un sombrero y por supuesto el
retrato de cada uno de los escritores citados.
Como en cada uno de los encuentros
que gestamos, en esta oportunidad el espectáculo también sería presentado y
animado por dos locutores. Un hombre y una mujer para dar mayor presencia y
balance tanto en los cuerpos como en las voces. El vestuario fue elegido
minuciosamente así como los accesorios y peinados, pero con mayor rigor
elegimos las palabras. Qué decir y cómo decir aquello que buscamos transmitir,
la expectativa que buscamos generar, el respeto que procuramos transmitir a los
artistas que se presentan y al público concurrente; el silencio y la palabra,
pensados y elegidos.
Es así como otro pequeño grupo de
personas vinculadas a dicha Biblioteca nos ocupamos de escribir las glosas. Ya
con la grilla definida, los locutores seleccionados y los tiempos establecidos,
en una casa, mientras tomábamos mates y escuchábamos tangos, dos voluntades nos
sentábamos frente a una computadora al igual que vos en este momento querido
lector, pero no a leer sino a escribir. A escribir cada una de esas palabras
elegidas para ser dichas frente a mucha gente.
Una pequeña historia que es la
redacción de las glosas, dentro de otra pequeña historia que es la gestión
cultural, y que nos deja varios puntos para reflexionar. Como primer punto lo
eficiente que resulta el trabajo en equipo y la división de tareas teniendo en
cuenta las habilidades de cada uno de los integrantes. A partir de este primer
punto, la confianza en el otro y en que sabrá resolver aquello que deba hacer. Que
el trabajo en equipo permite producir hechos y realidades mucho más grandes y
significativas que el trabajo solitario. La valoración de las habilidades de
cada integrante de un grupo, generando así la autovaloración de cada uno de
ellos. Y el trabajo en equipo también regulador y corrector en donde todos
evaluamos el trabajo de todos.
Spot:
Felicitaciones. Muy bien tu texto y presentación en el post.
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